sábado, 9 de abril de 2011

Patricia Barber (Verse)



Intérpretes
Patricia Barber (voz, p)    
Michael Arnopol (b)
Neal Arger (g)
Dave Douglas (t)
Joey Baron (d, 1,8)
Eric Montzka (d, 9)

Año: 2002

Pistas: 1.- The Moon  2.- Lost in This Love  3.- Clues  4.-Pieces  5.- I Could Eat Your Words  6.-The Fire  7.- Regular Pleasures  8.- Dansons La Gigue  9.- You Gotta Go Home 10.- If  I Were Blue

 

Patricia Barber (Chicago, 1956) es una sicóloga de formación y cantante y  compositora de jazz de  vocación que, al igual que otras intérpretes como Nina Simone, Shirley Horn o la más reciente Diana Krall, se acompaña del piano en sus grabaciones. Hija del saxofonista Floyd Barber, componente de la orquesta de Glenn Miller y una cantante de blues, inició su carrera  en 1989 con un disco autoeditado llamado “Split”.

Barber debutó muy joven cantando en locales de tercera en Chicago, hasta que en 1994 obtuvo el premio a la mejor vocalista de jazz, con su disco “Café Blue”  otorgado por la prestigiosa  revista de jazz Down Beat

        Estamos ante una de las nuevas voces  más originales y con apuestas más arriesgadas del panorama jazzístico contemporáneo. ¿O no es arriesgado editar un disco llamado “Mythologies”, dedicado a la Metarmofosis de Ovidio?

Su voz, de bajo registro, recuerda a Diana Krall en más de una ocasión incluso, salvando distancias, a la mítica Joni Mitchell.

Su  música es una mezcla entre jazz y blues, con muchas composiciones propias y algunos guiños a temas modernos a los que da la vuelta como un calcetín.

Su estilo es introspectivo, con temas fáciles de oír  unos y  vanguardistas y complejos otros,  de tempo lento,  pero siempre creando una atmósfera musical especial y muy agradable.

El disco “Verse”, lo publicó en 2002  y  todas sus pistas son de composición (letra y música) propias a excepción del corte 8, que es una adaptación de un texto del poeta francés  Paul Verlaine. 

Si “The Moon” es de las que he denominado difíciles, atonal, “Lost in this love”  es rítmica y la guitarra acústica asume todo el protagonismo. “Clues” y “Pieces”  en la misma  línea argumental,  de ritmo contenido, dan paso a la titulada  “I Could Eat Your Words” en la que el piano, el bajo, las escobillas y una maravillosa  trompeta, te trasladan a un club a las tres de la madrugada, atmósfera densa  y en la barra apurando el penúltimo bourbon .

No recuperado de la anterior escucha, “The Fire”  da un cierto respiro, no demasiado, para desembocar en  “Regular Pleasures”, en donde guiados por un sutil bajo, vuelve a noquear al oyente. “Dansons La Gigue  cantada en francés, con un trasfondo triste, da paso a “You Gotta Go Home” donde desarrolla quizás el corte más jazzístico del disco. Por último, “If  I Were Blue”, el título lo dice todo, vuelve a dejar KO al escuchante.

Estamos ante un disco, muy en la línea del resto de producción de esta cantante, melancólica y sofisticada, que merece la pena tener y disfrutar.
              
                   “La música no es un lujo,                               
                    es una necesidad ,como el   
                    aire que respiramos, como                            
                    el agua que bebemos.”
                                                 Sir Simon  Rattle.

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